Secretos de los privilegios especiales: ¿qué son y cómo no pagar impuestos de más?

Introducción

En el actual entorno económico estonio, marcado por la crisis, los empresarios se enfrentan a numerosos retos, uno de los cuales es la gestión eficaz de las obligaciones fiscales. Un aspecto importante que merece especial atención es el concepto de privilegios especiales (Erisoodustus). En este artículo, examinaremos más detenidamente qué son los privilegios especiales, cómo los regula la legislación estonia y qué consecuencias pueden tener para su empresa.

¿Qué es un privilegio especial?

Las prestaciones especiales son ciertos beneficios o servicios que los empresarios proporcionan a sus empleados por encima de su salario normal. Puede tratarse de cualquier cosa, desde el uso de un coche de empresa para uso personal hasta el pago de cursos de formación no relacionados con el trabajo. Es importante tener en cuenta que estas prestaciones se consideran ingresos para el empleado y están sujetas a tributación.

Fiscalidad de las prestaciones especiales

En virtud de la Ley del Impuesto sobre la Renta (TuMS), las prestaciones especiales pueden estar sujetas al impuesto sobre la renta de las personas físicas a un tipo del 20/80 y al impuesto social del 33%. Esto significa que el coste total de tales beneficios para la empresa puede ser el doble de los costes estándar, dada la imposibilidad de recuperar el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) por tales transacciones.

Desde el punto de vista fiscal, las prestaciones especiales se calculan "a la inversa", como si el trabajador hubiera percibido el equivalente de la prestación en metálico. Esto significa que el IRPF y el impuesto social se calculan sobre la base del valor "bruto" estimado de la prestación incrementado con la carga fiscal correspondiente.

Excepciones

Es importante tener en cuenta que no todas las prestaciones proporcionadas por la empresa son prestaciones especiales. Por ejemplo, los artículos necesarios para el trabajo, como la ropa de trabajo o el material de oficina, no se consideran prestaciones especiales, aunque su valor sea elevado. Esto significa que proporcionar a los empleados herramientas de trabajo de calidad no supondrá obligaciones fiscales adicionales para la empresa. Lo mismo ocurre, por ejemplo, con las flores de cumpleaños o el agua para beber en la oficina, que no suelen considerarse prestaciones especiales y pueden tratarse como gastos normales de la empresa.

Sin embargo, muchos otros tipos de prestaciones, como el pago de los gastos personales de vivienda o el suministro de bienes y servicios a precios inferiores a los del mercado, entran dentro de la definición de prestaciones especiales y deben declararse y tributar en consecuencia. Esto se hace en el formulario TSD (declaración del impuesto sobre la renta de las personas físicas) que figura en el anexo 4.

Ejemplos

Algunos ejemplos de prestaciones especiales son:

  • Uso de un coche de empresa para desplazamientos personales.
  • Pago por espacio vital (por ejemplo, proporcionar un piso gratis a un profesor si el lugar de trabajo está a más de 50 kilómetros y el empleado no posee una propiedad más cercana a su domicilio).
  • Suministro de bienes o servicios a precios inferiores a los de los clientes habituales.
  • Pagar un seguro no relacionado con el trabajo (por ejemplo, un seguro de pensiones).
  • Ofrecer préstamos a un tipo de interés inferior al del mercado.
  • Comprar bienes o servicios a precios superiores a los del mercado.
  • No reembolso del préstamo concedido.
  • Pagar una formación no relacionada con el trabajo (por ejemplo, cursos de punto).

Sin embargo, no todas las prestaciones se consideran especiales. Por ejemplo, las flores que se regalan en un cumpleaños o el agua para beber en la oficina no suelen considerarse prestaciones especiales y pueden tratarse como gastos normales de la empresa.

Complejidad de las prestaciones especiales

El reto de la gestión de los beneficios especiales es comprender exactamente qué beneficios y en qué circunstancias pueden concederse a los empleados sin consecuencias fiscales adicionales. 

Por ejemplo, los gastos de matrícula pueden ser un beneficio especial no imponible si el curso está directamente relacionado con las actividades del empleado en la empresa y contribuye a su desarrollo profesional. En tal caso, los gastos de formación pueden incluirse en los gastos generales de la empresa y no se considerarán ingresos para el empleado. Sin embargo, si la formación no está relacionada con el trabajo, como en el caso de un curso de punto para un contable, el coste de dichos cursos se considerará un beneficio especial y estará sujeto a impuestos. 

Esto subraya la importancia de distinguir entre los intereses personales del trabajador y los intereses de la empresa a la hora de evaluar los costes.

¿Cómo evitar pagar impuestos innecesarios?

Para evitar obligaciones fiscales innecesarias, los empresarios deben definir claramente las políticas de beneficios, incluyendo criterios estrictos que deben cumplirse para que un beneficio no se considere un beneficio especial. Por ejemplo, las empresas suelen fijar límites al valor de los regalos que se dan a los empleados o exigen que todos los programas de formación sean aprobados por el departamento de RRHH para garantizar que sean pertinentes desde el punto de vista profesional.

Además, si una empresa proporciona beneficios especiales, es necesario calcular con precisión su valor para determinar correctamente la base imponible. Por ejemplo, si una empresa sufraga el alquiler de una vivienda para un empleado, es necesario determinar el valor de mercado de dicha vivienda para calcular la cuota tributaria.

Además, las empresas deben documentar cuidadosamente todas las transacciones relacionadas con la concesión de privilegios especiales para poder respaldar sus acciones en caso de auditoría por parte de las autoridades fiscales. Esto incluye conservar todas las facturas, contratos de arrendamiento y otros documentos que puedan utilizarse para justificar los gastos.

En general, la gestión de privilegios especiales requiere una planificación cuidadosa y el conocimiento de la legislación para evitar costes fiscales innecesarios y posibles sanciones. Esto es especialmente importante para las PYME, donde cada euro cuenta y las obligaciones fiscales inesperadas pueden tener un impacto significativo en la salud financiera de una empresa.

Los empresarios también pueden considerar la posibilidad de establecer un sistema de seguimiento y notificación de los beneficios especiales para simplificar el mantenimiento de registros y garantizar el cumplimiento de las obligaciones fiscales. Un sistema de este tipo ayudaría a gestionar los riesgos fiscales y garantizaría la transparencia ante las autoridades tributarias.

Conclusión

En conclusión, los incentivos especiales pueden ser una herramienta valiosa para apoyar a los empleados y reforzar la cultura empresarial, pero requieren una planificación y una gestión cuidadosas. Comprender los entresijos de la legislación fiscal estonia ayudará a los empresarios a evitar consecuencias fiscales no deseadas y a maximizar las oportunidades que ofrecen estos incentivos.